UNA SEMBLANZA DE ROBERTO ESCOBAR ARANGO (Boyeto)
O CÓMO RECORDAMOS A ROBERTO
En nuestro idioma se designa con la palabra DEUDOS a familiares, allegados y amigos, aplicable sobre todo a quienes quedamos en vida después de la partida a la eternidad de alguien conocido. Pero esa palabra también puede significar que en cierta manera QUEDAMOS EN DEUDA con la persona que ha partido a su última morada.
Tal vez quedamos en deuda con nuestro amigo y familiar Roberto, quien nos dejó hace apenas 15 días (Junio 13, 2022), porque en su vida nos dejó hermosos motivos para recordarlo.
Aunque no sustentó títulos académicos a nivel superior, sí era una inteligencia superior, la cual demostraba de varias maneras.
ROBERTO COMO LECTOR
Recordamos a Roberto como la persona inquieta por la suerte de este mundo incomprensible por sus contradicciones, que lo llevaba a ser un inquieto buscador permanente del sentido de esta vida a la que llegamos por el amoroso encuentro de nuestros padres. Ese afán lo convirtió en ávido lector de cuanto juzgaba útil para su búsqueda, y en el conversador que compartía los hallazgos de sus lecturas.
ROBERTO COMO AMIGO CONSEJERO
Recordamos a Roberto como el amigo que no solo ofrecía su afecto, sino su interés por nuestras vidas, llegando incluso a tomar en ocasiones el papel de consejero.
ROBERTO COMO GENIO DE LO PRÁCTICO
Recordamos a Roberto como la persona con el ingenio para reparar, completar, idear o perfeccionar soluciones a los problemas prácticos de nuestras vidas, desde una reparación eléctrica, mecánica o de simple carpintería, oficio que desempeñó con destreza.
ROBERTO COMO ARTESANO
Recordamos a Roberto en su faceta artística, cuando creaba artefactos desde elementos de desecho de ferreterías y cristales, encontrándoles posibilidades expresivas, combinándolos con formas orgánicas, geométricas y simplificadas. En sus artefactos se distinguen flores, figuras humanas, animales simplificados, lunas y estrellas.
ROBERTO COMO LUCHADOR DE LA VIDA
Cuando le asaltaban sus fantasmas internos, generando esa ansiedad que nos llega cuando no alcanzamos a racionalizar las dudas y miedos que nos invaden, reconocíamos en Roberto su lucha interior por vencerlos. De alguna manera compartíamos esas inquietudes cuando era posible el diálogo amistoso.
DE TODAS ESTAS MANERAS RECORDAMOS LA EXISTENCIA DE ROBERTO, QUE HOY DESDE LA ETERNIDAD DEBE ESTAR OBSERVÁNDONOS DE ESA MISMA MANERA COMO SE INTERESABA POR NUESTRAS EXPERIENCIAS Y NECESIDADES DE VIDA.
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Escrito por Jaime López Osorno (Cuñado de Boyeto)
Boyeto era un apasionado de construir cosas, entender como funcionaban y recrearlas con su estilo propio y cargadas de expresión de su propio imaginario.
Algunos ejemplos: Lámparas tipo Tiffany, caleidoscopios en bambú, biombos, telares, ruecas, candelabros…
Otra de sus pasiones. Diseñar, construir y volar cometas…
Definitivamente una genialidad increíble…. Un transformador de realidades, resignificador de materiales y residuos, un soñador gigante y sobre todo,
¡amante de su libertad!
Boyeto, Creativo de múltiples facetas
A través de su vida Roberto presento varias facetas creativas orientadas a sus repentinos intereses, que hacían que se apasionara y casi obsesionara por diversos temas, y quisiera entonces dominar el tema y construir su propia interpretación e imaginario alrededor de esa idea o tema. Un ejemplo de esto, es cuando le dio por los telares, las ruecas y el tenido artesanal, como retornando a entender ese centenario oficio, que de hecho dio origen a la primera revolución industrial. Estas fotos ilustran un poco más el detalle de lo elaborado. Y, así fue cuando le dio por los caleidoscopios, la construcción de objetos en guadua (Bambusa Guadua)… La misma dinámica… Se dedicaba 100% a dejar volar su intelecto y creatividad para recrear el tema. Se documentaba, leía, investigaba y en especial, hacia sus trazos y diagramación en su propia mente. Tras su muerte, encontramos muy pocos bocetos previos de sus diseños.